Camina en [FE]
Reflexión del mensaje de este pasado domingo 4 de septiembre 2022.
En la epístola a los Romanos 12:3, el apóstol Pablo finaliza afirmando lo siguiente:
“Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.”
En este versículo el apostol Pablo culmina el mismo afirmando lo siguiente;
“conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.”
Es de entender que todos tenemos diferencias de como pensar, vestir, y de hasta como percibir lo que nuestros ojos suponen ver igual.
Pero Dios es tan justo que puso en ti y en mi la misma medida de fe para que no halla diferencia alguna en la manera de como vivir en Él y para Él.
Ahora bien, es la responsabilidad de cada uno de nosotros hacer crecer, ejercitar y madurar esa medida de fe que Dios repartió a cada uno en nuestro interior.
No olvidemos que por gracia somos salvos, por medio de la fe en Cristo.
Si ya somos salvos, aún hay más que se espera de esa medida de fe.
¿Que más podemos esperar de esa medida de fe que nos fue repartida?
Una vez sumamos que somos salvo por fe, lo siguiente es vivir en un modo de confianza y certeza (seguridad) como un modo, estilo de vida. Hago referencia a una vida plena, abundante y confianza total en aquel quien nos repartió la medida de fe... Dios.
Vivir de esa manera es nuestra decisión. Les seguro que se puede vivir en total certeza en dicho modo de fe.
Cabe señalar que aún hay más. ¿Que más podemos esperar de esa medida de fe que nos fue repartida?
Génesis 12:1 afirma claramente;
“Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré”.
Abraham salió caminando y no sabía hacia donde se dirigía. Solo obedeció y camino.
Abraham decidió vivir por fe y también decidió caminar en fe.
El le dió acción a su medida de fe tomando la decisión de moverse y caminar en esa medida que a todos se nos fue repartida.
Abraham salió dejando a su familia sin saber exactamente hacia donde se dirigía, pero salió en fe.
Él no sabía lo que él esperaba, pero camino en fe. Me parece de igual manera que nuestros días nos exigen, más que nunca, una fe inquebrantable.
Hoy Dios te dice: “camina en fe aunque tu entorno te dicte lo contrario”.
FE que salva
FE para vivir
FE para caminar